8.TE
CONFUNDO
·
VISHOUS
De vuelta en la guarida, termino de armarme para salir a
patrullar.
Estoy un poco nervioso porque va a ser la primera
patrulla de Butch con nosotros y creo que le va a resultar difícil olvidar su
faceta de policía, pues aquí no hay cárceles, ni juicios, ni jueces.
Aquí sólo vale matar y ese concepto creo que no lo va a
llevar bien, pero ahora es su vida y tendrá que aprender a vivir con ello.
Saco del armario el arnés con las dagas y lo ajusto a mi
cuerpo, detrás va el cuchillo que me meto en la bota y por último saco las
glocks y me meto una en cinturilla de atrás del pantalón. La otra la dejo sobre
la cama mientras me pongo la cazadora. Voy hasta la mesilla que tengo al lado
de la cama y cojo la gorra de Los Red Sox, hecho un último vistazo y cogiendo
la pipa en la otra mano salgo de la habitación cerrando la puerta.
Butch me está esperando apoyado en el brazo del sofá con
los brazos cruzados. Al llegar a él le acerco la glock.
-Toma, esto es para ti. No voy a dejar que salgas a
patrullar con nosotros con el culo al aire.
El poli la coge y la revisa con rapidez para colocársela
en la parte de atrás del pantalón.
-Gracias, hombre. Sabía que podía contar contigo.
Se levanta y cuando lo tengo ante mí, le coloco la gorra
en la cabeza, dándole un pequeño golpe a la visera.
- ¿Y esto? - me pregunta, sacándose la gorra para ver el
dibujo.
-Es mi gorra de la suerte. Esta noche es tuya.
Vuelve a ponerse la gorra pasando los dedos por el borde
de la visera. Se abrocha la chaqueta y haciendo una reverencia me cede el paso.
-Tú primero.
Le gruño mientras paso por su lado y salimos de la
guarida en silencio.
Al llegar a la entrada de la mansión, vemos a Rhage
apoyado en su Gto morado, mirando el reloj nervioso.
-Pero ¿Cuánto tiempo necesitáis para prepararos? llevo
diez minutos apoyado en el coche. Seguro que si me fijo tendrá la marca de mi
culo en el chasis.
-Con el culo tan grande que tienes, seguro que no hay que
fijarse mucho para ver la marca.
-Muérdeme, capullo - Me dice enseñándome su dedo corazón.
Niego con la cabeza mientras me subo al coche.
-Ya sabes que no me gusta la carne dura.
-Tal vez si me vieras atado y amordazado, cambiarías de
opinión.
La mirada asesina que le echo a Rhage, le hace darse
cuenta de que ha metido la pata. Mis inclinaciones sexuales no son un secreto
para ellos, pero no quiero que Butch se entere ni por terceras personas, ni en
este momento, pero la cara que se le ha quedado, me dice que las palabras de
Rhage han encendido su piloto rojo de policía de advertencia.
Llegamos a la zona donde estábamos patrullando y saliendo
del coche, nos ponemos a andar en silencio.
Butch va a mi lado, con las manos metidas en los bolsos
de los vaqueros gastados, un poco encogido por el frío. No suelta palabra, se
limita a mirar al suelo, y si no fuera por la gorra, juraría que de su cabeza
saldría humo de cómo se está comiendo el coco.
-Butch, te veo algo distraído.
Pega un pequeño salto al oír mi voz.
-¿Qué?
-Que te pongas las pilas, tío, o tu primera patrulla va a
ser la última, si sigues así - le dice Rhage poniéndose a su lado.
Butch le mira y asiente con la cabeza.
-Lo siento, estaba pensando... ¿cómo sabéis si una
persona es... uno de esos sin alma?
-Se llaman restrictores y huelen a culito limpio de bebé,
o sea a talco. Al mirarlos los puedes confundir con albinos. Pero bueno, V, ¿No
le has explicado nada?
-Tú lo estás haciendo de puta madre, así que sigue así.
Me adelanto unos pasos y sigo caminando sólo. Detrás de
mí, les sigo oyendo hablar mientras Rhage le va poniendo al día de todo el
embrollo en el que se ha metido. Parece que éstos dos se van a llevar bien, a
pesar del pequeño encontronazo que tuvieron al conocerse.
Sigo caminando en silencio y al llegar a la entrada del
callejón donde me dispararon, me quedo clavado mirando al suelo, en el mismo
sitio donde caí.
Donde mi vida, sin yo haberlo previsto, cambió para
siempre.
La nueva parejita de amigos llega hasta donde estoy yo y
permanecen a mi lado, en silencio. Levanto la vista y Butch está mirando lo
mismo que yo. Daría lo que fuera por saber qué está pensando en estos momentos.
Cierro los ojos e intento concentrarme para ver si puedo captar algo, aunque lo
dudo.
Me relajo y una imagen de mí en primera plana aparece en
mi mente, vista desde arriba.
Está pensando en mí.
Es su mente la que estoy viendo y está recordando.
No puedo captar sus pensamientos, ni sus sentimientos,
pero las imágenes que veo son claras como si las estuviera viendo con mis
propios ojos. Se van mezclando unas con otras pero yo soy el único
protagonista, hasta que Butch me toca el hombro y la imagen cambia radicalmente
en el momento justo que su mano entra en contacto con mi cuerpo.
En ella estoy entre sábanas revueltas, masturbándome como
un poseído.
Pego un bote hacia atrás, apartándome de él respirando
como un fuelle.
Butch me mira sin entender qué es lo que está pasando y
Rhage intenta acercarse pero no le dejo.
-¡No me toques! - consigo decir entre respiraciones
cortas.
-Por Dios V ¿Qué te ha pasado? ¿Has visto algo?
Mis ojos buscan a Butch y lo encuentro mirándome con algo
de temor en ellos.
-No puedo seguir aquí -digo mirándole todavía sin
pestañear - necesito espacio. Sólo necesito un momento ¿Vale? darme sólo... un
momento y algo de espacio.
Rhage le da un codazo a Butch y le indica con la cabeza
que siga caminando, pero tiene que agarrarlo por la cazadora para que se ponga
a andar.
Al final consigue que se gire y deje de mirarme y echan a
andar calle arriba.
Cada poco todavía sigue mirando hacia atrás.
Donde yo estoy.
BUTCH
No quiero alejarme, pero Rhage consigue arrastrarme lejos
de él.
¿Qué pudo haberle pasado? tal vez no haya sido buena idea
tocarlo, porque el asunto explotó en el mismo momento en que lo hice.
Fue llegar al lugar donde lo encontré y mi mente volvió a
recordarlo todo.
Su cara llena de dolor, su gran cuerpo desplomado a mis
pies. No recuerdo nada de lo que pensé al encontrarlo, pero las imágines
resultan tan nítidas como si estuviera pasando ahora mismo, hasta que, la perra
de mi mente vuelve a revivir lo ocurrido anoche, cuando estuve observándole sin
que se diera cuenta.
Sin pensarlo, le toco el brazo y que el infierno me lleve
si sé porque lo hago, pero es en ese momento cuando la cosa se pone rara de
cojones.
-¿Es que he hecho algo mal?
Rhage niega con la cabeza.
-No te preocupes por él. Estará bien dentro de un rato. A
veces necesita algo de espacio, lleva demasiada carga a sus espaldas.
Demasiados demonios con los que lidiar.
Me quedo callado analizando las palabras que ha dicho.
Entonces me doy cuenta de que V es un gran misterio para mí. ¿Por qué lleva ese
guante siempre en su mano? ¿Por qué esos tatuajes que siempre intenta esconder?
¿Por qué...?. Demasiadas preguntas sin contestar que no me atrevo a hacer, pero
quizá Rhage pueda decirme algo.
-¿Quién es V? - le digo con un nudo en la garganta.
-¿V? uff, me pides que te explique el misterio del
universo, amigo. A ver cómo te lo digo - se rasca la cabeza pensativo - Vishous
es un misterio. Nadie sabe mucho sobre él. Su vida antes de unirse a la
hermandad es casi un misterio. Jamás habla de ella. Con nadie. Las visiones que
tiene le muestran el futuro. El sabe cómo vamos a morir cada uno de nosotros,
pero no cuándo y eso amigo mío, puede acabar con la cordura de cualquiera, menos
con la suya. Ni siquiera convive con nosotros, se pasa la vida en ese agujero
apartado de todos los demás, al menos... hasta que tú llegaste. Creo que quién
mejor te puede contestar quién es V, es él mismo, aunque si quieres que te diga
la verdad, si necesito a alguien que me cubra las espaldas, yo no elegiría a
otro.
De repente se queda callado y se mete una bocanada de
aire frío en los pulmones.
-Saca la pipa. Tenemos compañía.
Hago lo que me dice mirando a todos lados, hasta que veo
doblando una esquina a tres tipos con el pelo blanco que se quedan quietos al
vernos. Llevan unas bolsas en las manos que coge el tercero de ellos y comienza
a correr en sentido contrario mientras los otros dos comienzan a sacar las
pistolas de sus chaquetas.
Rhage comienza a correr en su dirección.
-No dudes, policía. Son ellos o tú.
Comienzo a correr tras Rhage y el corazón comienza a
latirme a toda hostia.
-Yo me encargo de ésos dos, tú ve a por el que se ha
largado.
Asiento mientras veo como Rhage suelta un gruñido y saca
su pistola comenzando a disparar. Yo llego hasta el otro, que con tanto peso,
le resulta imposible una escapada rápida. Cuando me acerco a él noto que me
mira y de repente abre los ojos con asombro. Aprovecho ese momento para tirarme
en plancha encima suyo y arrollarle. Cuando le tengo en el suelo le inmovilizo,
cogiendo sus manos mientras mi rodilla se clava en su esternón, haciéndole
daño. Cojo sus manos con una de las mías mientras la otra va a la parte de
atrás de mis pantalones en busca de las esposas.
Esposas que ya no llevo porque ya no soy policía.
Así que vuelvo a inmovilizarle y esos ojos sin vida se
clavan en los míos.
-Tú...- me dice asombrado.
Me quedo mirándole sin entender ni una palabra y
aprovecha esa distracción por mi parte para alzarse de medio cuerpo y pegarme
un cabezazo en plena cara. El muy hijoputa logra zafarse de mí. Estoy viendo
estrellitas de colores cuando de repente un disparo a muy corta distancia le
vuela la cabeza de un tiro. El hombre cae inerte y la mano enguantada de V me
aparta de encima suyo, se coloca encima de él y sacando una daga, se la clava
en el corazón.
Me quedo quieto con los ojos clavados en V mientras se
levanta, limpiando la daga en la pernera del pantalón.
-No debes pensar, poli, o acabarás muerto.
Levanto la vista hacia él.
-Me conocía V, juro que me conocía - le digo secándome la
sangre que me cae por la nariz hasta la boca.
-¿Estás seguro?
-Sí, joder, cuando me vio, fue como si estuviera mirando
una aparición o alguna mierda rara.
-Esto no me gusta, no me gusta nada, hay que intentar
saber algo más.
-Podríamos haberle interrogado si no te lo hubieras
cargado.
V me mira durante un segundo y es como si le hubiera
hecho daño de algún modo.
-Ya, pero tal vez tú no estarías hablando conmigo ahora.
-Bueno, eso nunca lo sabremos ¿Verdad?
Rhage aparece junto a nosotros con aire de satisfacción y
nos coge de los hombros a ambos quedando él en medio.
-Por lo menos hemos tenido algo de acción, ¿eh?
-Si tú lo dices, Rhage -le suelta V soltándose de su
abrazo de un empujón.
Se lleva la mano a la cazadora y saca la pitillera, coge
uno de esos cigarros liados, lo enciende y se agacha para ver que hay dentro de
las bolsas.
Se ven armas, un par de portátiles y un montón de
papeles.
- Metamos estas bolsas en el maletero. Quiero revisar
todo esto. Puede que haya algo importante.
Se echa dos bolsas al hombro mientras la tercera la lleva
en la mano.
Llego hasta él y le quito una de ellas para cargarla yo.
Él no me mira, pero deja que lo haga.
Cuando llegamos al coche, Rhage pulsa el botón del cierre
centralizado y el maletero se abre suavemente. Lo dejamos todo allí y V le da
otra calada al cigarro.
-Bueno, si esto se acabó por hoy, yo voy a dar una
vuelta.
Solo.
Me giro hacia él.
-V…
El tío pasa de mí y comienza a andar calle arriba. Yo
salgo tras él y le agarro por el brazo para que se gire.
-Venga, ven nosotros. Tomaremos un trago en algún garito
y estaremos mejor.
Se queda mirando mi mano que le está cogiendo por el
brazo y se suelta de mí.
-No, ve con tu nuevo amigo - me dice mientras se gira -
ve y diviértete, yo... yo te veo luego.
Y sin más vuelve a echar a andar.
Voy hasta donde está Rhage, que nos está mirando con cara
de haberse perdido algo, pero se encoge de hombros y sonríe.
-Tenemos que llevar todo esto a la mansión. No podemos
dejarlo en el coche e irnos de juerga sin más.
-Tienes razón. Venga, vámonos de aquí.
Asiente metiéndose en el coche y, al hacerlo yo, no puedo
remediar volver la cabeza para ver a V, alejándose con pasos cansados.
VISHOUS
Todavía no sé a dónde me dirijo, pero tengo que poner
algo de distancia entre el poli y yo.
No debí entrar en su mente como lo hice, pero ¿Por qué el
hecho de que me haya visto en uno de mis momentos guarros me ha encabronado de
esta manera?. Me lo sigo preguntando y no logro encontrar respuesta hasta que
una duda me llega ¿Dije su nombre al correrme? por más que intento pensar, no
soy capaz de recordarlo, aunque nadie es capaz de recordar nada de lo que dice
mientras estás corriéndote como un maldito demente.
Si lo dije y él lo oyó, no le ha causado un gran trauma
pues se porta conmigo de la misma manera que antes, pero el hecho de que pueda
estar en conocimiento sobre lo que siento por él, hace que quiera arrancarme la
piel a tiras.
Sólo faltaba que sintiera pena por mí o alguna mierda
sentimental para terminar de cavar mi foso de mierda.
Qué fácil me resultó entrar en su mente.
Después de estar tanto tiempo sin poder hacerlo, su mente
se abrió a la mía de un modo increíble, aunque eso se tiene que acabar porque
por mucho que quiera hacerlo, algún día veré algo que no debo y puedo acabar
volviéndome loco. Tal vez la solución sea que se marche a una de las
habitaciones de la mansión pero sólo con pensarlo, mi corazón da un vuelco.
No, a no ser que él me lo pida se quedará conmigo, porque
tengo que sentirle junto a mí. Lo único que he de hacer es irme a mi ático a
descargar cuando ya no pueda más. Allí puedo calmar mis nervios sin nadie que
me vea.
Nunca más en la guarida.
Nunca.
Puede que este sea un buen momento para llamar a alguna
sumisa y poder poner de nuevo el contador a cero, pero cuando saco el teléfono,
me arrepiento al momento. No quiero estar con ninguna de ellas, quiero estar en
la guarida, con Butch.
Miro el reloj.
Todavía no ha pasado ni media hora desde que se fue con
Rhage y tenían toda la intención de irse de copas, así que no han llegado ni de
coña.
Me desmaterializo hacia la mansión pensando que es buena
idea estar un rato a solas hasta que lleguen.
Aparezco en el patio y llego a la guarida.
Al entrar las luces están encendidas y encuentro a Butch
mirando lo que hay en las bolsas. No me ha oído entrar y me coloco detrás de él
para darle un susto de cojones. Al acercarme, me quedo de piedra.
Lo que tiene en sus manos es un montón de fotos mías,
sacadas desde mil ángulos diferentes. Todas son en blanco y negro y hay para
elegir: de cuerpo entero, medio cuerpo, primeros planos...
Butch se queda mirando una en particular que está sacada
mientras miro algo que está a mi espalda. Estoy con gesto serio, como casi
siempre, pero por alguna razón no deja de mirarla en silencio.
Antes de pararme a pensar doy media vuelta hasta la
puerta, esta vez abriéndola con más impulso y cerrándola de golpe para que la
oiga.
Cuando llego hasta él, las fotos ya no están en sus
manos, si no tiradas de nuevo dentro de una de las bolsas, con la que estaba
mirando encima de todas ellas. Se levanta del sofá y se acaricia la nuca.
-¡Hey, V!
Le saludo con la cabeza un poco confundida por lo que
acaba de pasar.
-¿Qué hacías?
Sonríe con nerviosismo y señala las maletas con la
cabeza.
-Estaba echando un vistazo. Si quieres leer todo esto,
vas a tardar un montón. Aquí hay papeles para cubrir todas las paredes de la
casa.
-¿Sólo hay papeles, a parte de los portátiles y las
armas?
Mira hacia el suelo y comienza a sonrojarse y la actitud
que está teniendo me está dejando del todo confuso. ¿Qué mierda de malo hay en
que estuviera mirando esas fotos? ni que saliera en pelotas, joder.
-Ah, bueno también creí ver alguna foto tuya, espera a
ver si... ¡Aquí están!
Pero será gilipollas, ¿A qué viene esa actitud? de verdad
que empiezo a creer que a los humanos les falta algún tornillo de serie, es eso
o...ahhh ¿Será que estaba pensando en algo que no debería? ¿Será que le
recuerda a algo?
Le sonrío y pregunto bajito
-¿Las has visto?
Se me queda mirando un momento con cara de póker y se
encoge pero su pose se rehace enseguida.
-Sí, les eché un vistazo pero al darme cuenta de que
todas eran de tu fea cara, las volví a dejar. Me gustan más las fotos de
mujeres sugerentes. Las de un tocapelotas como tú, las paso por alto.
Bien.
Vale.
Eso me está bien empleado por hacerme ilusiones. En
pegarme una buena hostia para que vuelva a la realidad, este tío es un maestro.
Miro las fotos que me alcanza y tras un vistazo, decido
que no tiene ninguna validez pues todas están sacadas demasiado cerca como para
ver algo de dónde están hechas, así que sin más, hago una bola con ellas y las
tiro a la papelera.
-¿Por qué las tiras? - me dice mientras va a la papelera
a sacarlas.
-¿Y qué coño quieres que haga con ellas?, no sirven para
nada, no se ve dónde están sacadas.
-Ya, pero bueno, podrías guardarlas, en alguna estás casi
medio bien.
Lo observo mientras habla e intenta alisarlas,
colocándolas sobre el pecho, pasando sus manos sobre ellas y arqueo una ceja.
-Si quieres alguna de recuerdo, tú mismo. Puedes ponerla
en un marco al lado de tu cama.
Se queda quieto y al momento estruja otra vez la que
intentaba alisar y me la tira hecha una bola a la cabeza.
-Vete a la mierda, imbécil.
-Pero bueno, no te enfades- le digo sonriendo - así seré
yo lo último que veas al acostarte y lo primero al abrir los ojos.
Me levanta el dedo corazón, meneándolo delante de mi
cara.
-Si lo hiciera, tendría pesadillas, ojos raros.
-Bueno, tal vez te guste el lado oscuro.
Se ríe mientras dirige el vaso a su boca.
-Nooo, soy un buen chico irlandés. No me gusta el lado
oscuro.
Me río con fuerza mientras le pico un poco más.
-Hum, irlandés. Supe que lo eras en el mismo momento que
te agachaste para ayudarme.
-¿Ah, sí? ¿Y por qué lo supiste?
-Porque hueles como tu tierra. A lluvia fina sobre prados
verdes.
Y en cuanto me sale la última palabra, el sacar mi arma y
volarme los sesos, no me parece una idea tan mala porque la mirada que me echa,
hace que me encienda como si tuviera lava corriendo por mis venas.
-¿De veras...? -me dice mientras su sonrisa se va
desvaneciendo a la misma velocidad que la mía.
-Sí, irlandés. Tu olor es... como tú. Imposible de
olvidar.
Nos quedamos mirándonos a los ojos y de repente vuelve a
sonreír.
-Me gusta cuando te sale la vena poeta. Con las mujeres
debes ser todo un casanova ¿Eh?
-Sí, la verdad es que la mayoría se sienten
inmovilizadas... por mi gran carisma.
Se queda con cara de no haber entendido muy bien la broma
mientras recoge todas las fotos.
-Pues eso, deberías guardarlas por si acaso. Hazme caso,
no se puede desechar nada a primera vista. Además esto demuestra que te están
vigilando sólo a ti, no a ninguno de los demás.
Le miro mientras vuelve a alisarlas una a una,
colocándolas una encima de otra, con cuidado.
-Lo que tú digas, no pienso discutir contigo por algo que
en el fondo hace que me sienta honrado.
-¿Pero tú te oyes hablar? te juro que a veces tengo que
pensar en las palabras que salen por esa boca cubierta de pelo para saber de
qué coño estás hablando. Habla en cristiano, joder, que tienes... por cierto ¿Cuántos
años tienes?
Le miro de reojo arqueando una ceja.
-¿Cuántos dirías que tengo?
Tuerce algo la cabeza, con la mano acariciando su
barbilla.
-No sé… diría que andas rondando los cuarenta más o
menos...
-Tengo trescientos tres años, los llevo de puta madre ¿Eh?
- le digo dando una vuelta con los brazos extendidos.
-Sí tú lo dices...
-Muérdeme, cabrón envidioso. Deja esto y vayamos a cenar,
me muero de hambre.
BUTCH
Tras volver de la cena me dirijo derecho a la cama porque
el subidón de adrenalina que tuve en las calles me ha dejado hecho puré.
V prefiere quedarse un rato más revolviendo entre los
papeles que hemos traído de los restrictores, así que le he dejado ahí, entre
papeles, portátiles y... fotos. No sé porqué le mentí, ni por qué las solté
como si fueran puro fuego cuando le oí entrar.
Admito que me sentí avergonzado cuando casi me pilla con
ellas en la mano, pero cuando las descubrí, después del susto inicial al darme
cuenta de que V es un objetivo claro para esos cabrones, esas fotos me dieron
la oportunidad de mirarlo sin ningún tipo de temor ni reparo. Allí estaba él,
desde todos los ángulos y posturas posibles, pero hubo una que me llamó la
atención.
La foto mostraba a V en primer plano, mirando a su
espalda, serio, con esos rasgos tan masculinos y severos, con esos ojos que se
veían aún más hermosos sin color en la foto.
¿Qué miraría? ¿Qué estaría pensando en ese momento, para
que su gesto saliera tan perfecto?
Me desvisto del todo y me meto en la cama como Dios me
trajo al mundo, envuelto en las suaves sábanas. Cierro los ojos y pasados unos
minutos ya me siento flotar entre nubes y sé que estoy dormido porque la
hermosa mujer de cabellos largos color del sol, vuelve a visitarme, puntual
como un reloj.
Me acaricia con sus suaves manos el pecho, me sonríe,
dejando al descubierto esos pequeños colmillos que ansío notar clavados en mi
piel. Su pelo me acaricia las costillas mientras mi mano se cierra en torno a
mi erección mientras la acaricio arriba y abajo.
Me besa el ombligo y levanta su cara hacia mí "Dime
quién quieres que sea..." me dice con una voz dulce y suave.
Baja hasta mi erección y lame mi punta inflamada mientras
sigue acariciándome suavemente el cuerpo con esas manos de seda. Cierro los
ojos y echo la cabeza hacia atrás para gemir cuando me mete entero en su boca.
Dios, estoy cachondo perdido y ella sigue chupando y lamiéndome y me acaricia
de tal manera que parece que sus manos crecieran de tamaño para poder tocar más
extensión de mi piel.
Me saca de su boca y tengo ganas de llorar por el placer
que estoy sintiendo en estos momentos. Vuelve a decirme "Dime quién
quieres que sea..." y yo no puedo decir su nombre porque no lo sé y sus
movimientos se vuelven más rudos y violentos y juro que eso me pone a mil,
enredo una de mis manos en su pelo y me alzo para poder mirarla mientras me
lame con su lengua, pero algo pasa.
Todo se oscurece a mí alrededor.
SU cabello claro se vuelve oscuro como la noche, sus manos
me abarcan y me hacen daño en las costillas, tiro de su pelo y los ojos de
hielo de V aparecen ante mí, mirándome bajo sus oscuras pestañas mientras sus
colmillos de depredador cortan su labio inferior al hablar "... Y lo
seré".
Me despierto con un grito ahogado, cubierto de sudor y
con la polla a punto de explotar.
Me incorporo todavía jadeando y tengo que cerrar los ojos
mientras me tiro con fuerza del pelo.
- Pero, por Dios Bendito ¿Qué mierda me está pasando?
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