1.TE VEO
·
BUTCH
La noche es fría de cojones.
Intento ajustar la cazadora a mi cuerpo pero el frío es
tan grande que se cuela dentro de mí hasta llegar a mis huesos. Intento no
parar de caminar aunque no tenga un sitio al que ir. Dios, como se suele decir,
la vida me ha pasado por encima. Atrás queda una vida que, aunque no haya sido
plena, era mi vida al fin y al cabo. Ya no tengo casa, ni trabajo ni a nadie
que se preocupe por mí.
Me sale una risa de los labios la mar de falsa.
Quizá sea por pensar en casa al referirme al apartamento
destartalado en el que vivía, o tal vez sea por los amigos que realmente nunca
tuve. Ni siquiera en el cuerpo de policía que me acaba de dar una patada en el
culo. Aunque pensándolo bien, el premio se lo lleva lo de "ya no tener a
nadie que se preocupe por mí", teniendo en cuenta que ni siquiera de niño
hubo alguien que realmente lo hiciera.
Dirijo mis pasos por las calles desiertas pensando en lo
vacío de mi vida y qué va a ser de mí a partir de ahora. Sin un trabajo y sin
nadie en mi vida que pueda acompañarme. Si resultase muerto esta misma noche no
habría nadie en este mundo de mierda que llorara mi pérdida.
Tal vez debería comprarme un perro ¿no?
Mientras mi mente piensa chorradas que me están llenando
de mierda hasta arriba, mi cuerpo se tensa.
Un disparo. Y no lejos de aquí.
Llevo mi mano al costado y al segundo recuerdo que ya no
tengo pipa, ni placa, pero antes siquiera de darme cuenta, mis piernas ya están
corriendo hacia el lugar del disparo.
Llego a la entrada de un callejón y veo a un tipo tumbado
en la calle.
Me paro en seco y mis ojos buscan a alguien más por allí.
No hay nadie.
Cruzo la calle y
me paro al lado del hombre.
Joder.
Debe de medir dos metros o más y tiene la envergadura de
un camión.
Está vestido de pies a cabeza de cuero negro.
Su chaqueta abierta deja ver un arnés de cuero con dagas
y del cinturón sobresale la culata de lo que parece ser una glock.
A pesar de que sé que este tío no es trigo limpio, me
agacho a su lado y le abro un poco más la chaqueta. Tiene un orificio de bala
en el pecho. Cinco centímetros más a la derecha y ya sería fiambre.
Rasgo su camiseta para ver mejor la herida y mi mirada
queda un momento clavada en su torso. Joder, este tío además de depilarse como
una nena, se machaca en el gimnasio de lo lindo.
Apoyo mi mano en su pecho para intentar detener la
hemorragia mientras con la otra saco el móvil de la cazadora para llamar a una
ambulancia.
Mi llamada es breve y concisa y la ambulancia estará aquí
en unos minutos.
El hombre parece estar en las últimas y debe haber
perdido el conocimiento porque ni siquiera se queja. Eso me da pie para
observarlo más detenidamente.
Tiene el pelo negro como una noche sin luna que le tapa la
cara. Con la mano que tengo libre le aparto los mechones y ante mí aparecen los
rasgos más masculinos que he visto en mi vida. Me sorprendo a mí mismo pensando
que si tuviera que describirlo en una sola palabra, ésta sería macho.
Jodeerr. Es lo que me faltaba. Aleja esos pensamientos,
capullo y concéntrate en intentar mantenerlo con vida.
Noto como su sangre fluye caliente entre mis dedos. Si la
ambulancia tarda, lo que recogerán será un fiambre, seguro. Alzo mi cabeza para
mirar a un lado y al otro, pero ni se ve, ni se oye nada. Al volver a fijar mi
mirada en este tío, me fijo que de su mano derecha, sale un débil resplandor.
La tiene tapada con un guante de cuero, como no, pero esa luz parece que baña
su mano y trepa por su brazo, como si tuviera una linterna o alguna mierda
friki dentro.
Alargo mi mano izquierda para tocarla y al segundo, casi
sin poder ver el movimiento, su mano izquierda vuela hasta agarrar mi muñeca
apresándola al segundo.
Me pega un susto el muy cabrón que no me caigo encima de
él de milagro, cuando me doy cuenta de que sus ojos están abiertos de par de
par. Mirándome sin pestañear.
Al momento, justo cuando sus ojos se cruzan con los míos,
todo pasa a un segundo plano. Ahora mismo tengo dos diamantes en bruto
bordeados de una fina línea azul marino mirándome y la boca se me abre sola
como si fuera la de un niño al que le acaban de robar la nariz.
Entonces pasa.
Una voz grave se filtra en mi cabeza y ordena. NO ME
TOQUES.
Parpadeo y logro soltarme de su agarre.
Su mano cae pesada al suelo, pero sus ojos siguen
mirándome.
Fríos.
Letales.
Intento separar mi mirada de la suya pero no puedo, así
la muerte me lleve con ella.
Estos ojos no son de este mundo.
Si cayera un ángel del cielo, apuesto mi vida a que
tendría esos ojos, aunque la frialdad que emanan nunca se asociaría a algo
Divino. Al momento me fijo en que lleva tatuada la parte derecha de su sien
bordeando el ojo. Decididamente la peña está loca. A quién en su sano juicio se
le ocurre tatuarse la cara. Son extraños símbolos y parece que brillan también.
Sin pensarlo vuelvo a levantar mi mano en dirección a
ellos. Tengo que tocarlos. En ese momento, como si se percatara de lo que voy a
hacer, sus ojos se cierran e intenta apartar su cara girándola hacia el otro
lado. Bueno, mejor así, porque cuando piense en esto dentro de un rato se me va
a antojar que ha sido un momento raro de cojones.
En el momento en que mis dedos casi rozan su piel, soy
arrastrado de su lado y vuelo un par de metros lejos de él.
Vale, la ambulancia debe haber llegado y me ha
atropellado mandándome casi a la carretera. Ahora tendrán que llamar otra para
mí.
Estoy tumbado en el suelo y una mano se cierra en torno a
mi garganta levantándome a pulso. Abro los ojos y me encuentro a un tío rubio,
vestido de cuero (debe estar de moda, joder) que me mira enseñándome unos
colmillos largos como los de un tigre mientras aprieta aún más su mano en mi
garganta.
-pero qué mierda...
No soy capaz de hablar más. El friki disfrazado éste, me
está estrangulando a base de bien y por mucho que intente soltarme, el hijo de
puta no cede un ápice.
Hay otro con él, con el cabello más flipante que he visto
en mi vida. Está arrodillado al lado del tipo de los tatuajes mientras habla
por teléfono gritando a pleno pulmón. En ese momento mis ojos se ponen en
blanco y mis manos van resbalando por los brazos del puto terminator este.
Bueno, hasta aquí has llegado , Butch. Pienso mientras mi
mente se va poniendo en negro.
VISHOUS
Tras el susto inicial tomo conciencia de dónde y cómo
estoy.
Vale, estoy tumbado boca arriba en la acera, a la entrada
de un callejón. No puedo moverme por alguna razón. Abro mi cazadora de cuero
intentando sacar el móvil pero se me cae al momento. Me duele el pecho y al
instante el sonido de un disparo vuelve a mi mente.
Estoy jodido, lo sé.
Intento valorar la situación y me vuelvo a decir que
estoy jodido. Creo que ninguno de mis hermanos sabe dónde estoy y sé que no me
queda mucho porque noto como algo caliente y denso me está acariciando las
costillas.
No hace falta ser un genio para darse cuenta de que es mi
propia sangre abandonando mi cuerpo. Cierro los ojos e intento que mi
respiración no pierda el ritmo. Tengo que intentar seguir respirando como sea y
no desmayarme. Mi pelo me tapa los ojos así que no puedo ver nada aunque los
abra.
Pero, ¿qué demonios ha pasado? no recuerdo nada de lo
ocurrido anteriormente y eso me saca de mis casillas. El que ha apretado el
gatillo puede estar todavía aquí para rematar el trabajo y yo no puedo
defenderme.
Al rato oigo unos pasos acelerados viniendo hacia mí.
Cuando está a mi lado sé que no es un restrictor por su olor. No huele a esa
mierda dulzona.
Sólo una palabra puedo asociar a su olor.
Irlanda.
Me doy cuenta de que es sólo un humano. Noto que me mira
un momento antes de agacharse junto a mí. Me abre más la cazadora y rasga mi
camiseta. Cuando pone su mano caliente en mi pecho noto como mi corazón marca
un ritmo más acelerado y esto no es buena idea, básicamente porque me estoy
desangrando, joder.
Luego oigo su voz pidiendo una ambulancia.
Noto un escalofrío por todo el cuerpo y sé que no tiene
nada que ver con que me esté muriendo. Esa voz tiene un marcado acento de
Boston y me calienta el cuerpo como no me había pasado en la vida. Por como
habla con la telefonista sé que es policía. No se anda por las ramas ni se nota
histeria en la voz. Es claro y pausado. Como si lidiara con situaciones
similares a menudo.
Tras colgar se queda un momento en silencio y noto de
repente su mano apartándome el pelo de la cara. Su toque es delicado y eso me
gusta aunque no sepa por qué. Las caricias nunca han formado parte de mi vida
pero ahora me arrepiento de no haber sentido esto antes, aunque una parte de mi
me dice que lo que siento no tiene nada que ver con la caricia en sí, si no con
la persona que lo hace.
Abro los ojos despacio y ante mí aparece el humano.
Está mirando a ambos lados de la calle, seguramente
preguntándose dónde coño está la ambulancia. Luego su mirada vuelve a posarse
en mi cuerpo y queda clavada en mi mano. Claro, debe estar brillando como
método de supervivencia aunque con la poca fuerza que me queda no va a servir
de nada.
Alarga la mano para tocar el arma de destrucción masiva
que tengo y algo dentro de mí saca fuerzas de algún sitio para intentar…
¿protegerlo?
Mi mano izquierda vuela hasta la suya y la agarra con
fuerza mientras logro entrar en su mente para decirle, o mejor, ordenarle que
no me toque.
El humano me mira y al intentar soltarse, casi acaba por
desplomarse encima de mí.
Entonces ocurre.
Sus ojos vuelan a los míos y quedan clavados en ellos.
Seguramente se está preguntando qué mierda de ojos tengo. El humano es el
primero que tiene cojones para mirarme fijamente y eso me está sacando de
quicio porque no sé cómo se supone que tengo que reaccionar o cómo diablos
tengo que sentirme.
Su mirada se mueve un poco y sé que ahora mira mis
tatuajes en la sien. Primero tuerce algo el gesto como si pensara que estoy
loco por tatuarme la cara y luego su mirada se vuelve curiosa, a la vez que su
mano se levanta despacio con toda la intención de tocarlos.
Algo dentro de mí se rompe y cierro los ojos. No quiero
ver esos ojos castaños ni mucho menos volver a sentir el tacto de su piel sobre
la mía. Intento apartar mi cara pero lo único que puedo hacer es girarla al otro
lado.
Cuando puedo sentir el calor de su tacto incluso antes de
que me toque, todo se vuelve frío. Oigo un cuerpo caer y sé que es el humano
antes de que abra los ojos. Al hacerlo veo a Phury agachado junto a mí mientras
Rhage coge al humano por el cuello y lo levanta en el aire.
Phury está gritando por el móvil. Seguramente pidiendo
ayuda o alguna mierda pero no soy capaz de analizar las palabras. Solo soy
consciente del humano. De cómo sus manos se cierran en torno a la Rhage. Por
algún motivo no quiero que nadie lo toque, ni que él toque al rubio.
Algo dentro de mí estalla y sin dejar de mirarlo, logro
decir tres palabras.
-EL VIENE CONMIGO.
Hellooo!!! :)
ResponderEliminarExcelente comienzo, me encanta que te centres en V y B, he leído otros Fic y meten a muchos personajes, y la verdad, quien diablos quiere saber de los demás!!!, si los que nos interesan son estos dos jajajaja, si para eso estamos buscando un Fic Vutch.
GRACIAS por crear este Fic y hacerlo extenso, aunque la verdad si tuviera 100 cap. se me harían muy pocos jajaja GRACIAS de nuevo y muchos besos :)
Me siento en la gloria un fic de ellos, y solo ellos y al parecer completo
ResponderEliminarGracias