sábado, 30 de junio de 2012

CAPITULO 1. TE VEO


1.TE VEO

·         BUTCH

La noche es fría de cojones.

Intento ajustar la cazadora a mi cuerpo pero el frío es tan grande que se cuela dentro de mí hasta llegar a mis huesos. Intento no parar de caminar aunque no tenga un sitio al que ir. Dios, como se suele decir, la vida me ha pasado por encima. Atrás queda una vida que, aunque no haya sido plena, era mi vida al fin y al cabo. Ya no tengo casa, ni trabajo ni a nadie que se preocupe por mí.

Me sale una risa de los labios la mar de falsa.

Quizá sea por pensar en casa al referirme al apartamento destartalado en el que vivía, o tal vez sea por los amigos que realmente nunca tuve. Ni siquiera en el cuerpo de policía que me acaba de dar una patada en el culo. Aunque pensándolo bien, el premio se lo lleva lo de "ya no tener a nadie que se preocupe por mí", teniendo en cuenta que ni siquiera de niño hubo alguien que realmente lo hiciera.

Dirijo mis pasos por las calles desiertas pensando en lo vacío de mi vida y qué va a ser de mí a partir de ahora. Sin un trabajo y sin nadie en mi vida que pueda acompañarme. Si resultase muerto esta misma noche no habría nadie en este mundo de mierda que llorara mi pérdida.

Tal vez debería comprarme un perro ¿no?

Mientras mi mente piensa chorradas que me están llenando de mierda hasta arriba, mi cuerpo se tensa.

Un disparo. Y no lejos de aquí.

Llevo mi mano al costado y al segundo recuerdo que ya no tengo pipa, ni placa, pero antes siquiera de darme cuenta, mis piernas ya están corriendo hacia el lugar del disparo.

Llego a la entrada de un callejón y veo a un tipo tumbado en la calle.

Me paro en seco y mis ojos buscan a alguien más por allí.

No hay nadie.

 Cruzo la calle y me paro al lado del hombre.

Joder.

Debe de medir dos metros o más y tiene la envergadura de un camión.

Está vestido de pies a cabeza de cuero negro.

Su chaqueta abierta deja ver un arnés de cuero con dagas y del cinturón sobresale la culata de lo que parece ser una glock.

A pesar de que sé que este tío no es trigo limpio, me agacho a su lado y le abro un poco más la chaqueta. Tiene un orificio de bala en el pecho. Cinco centímetros más a la derecha y ya sería fiambre.

Rasgo su camiseta para ver mejor la herida y mi mirada queda un momento clavada en su torso. Joder, este tío además de depilarse como una nena, se machaca en el gimnasio de lo lindo.

Apoyo mi mano en su pecho para intentar detener la hemorragia mientras con la otra saco el móvil de la cazadora para llamar a una ambulancia.

Mi llamada es breve y concisa y la ambulancia estará aquí en unos minutos.

El hombre parece estar en las últimas y debe haber perdido el conocimiento porque ni siquiera se queja. Eso me da pie para observarlo más detenidamente.

Tiene el pelo negro como una noche sin luna que le tapa la cara. Con la mano que tengo libre le aparto los mechones y ante mí aparecen los rasgos más masculinos que he visto en mi vida. Me sorprendo a mí mismo pensando que si tuviera que describirlo en una sola palabra, ésta sería macho.

Jodeerr. Es lo que me faltaba. Aleja esos pensamientos, capullo y concéntrate en intentar mantenerlo con vida.

Noto como su sangre fluye caliente entre mis dedos. Si la ambulancia tarda, lo que recogerán será un fiambre, seguro. Alzo mi cabeza para mirar a un lado y al otro, pero ni se ve, ni se oye nada. Al volver a fijar mi mirada en este tío, me fijo que de su mano derecha, sale un débil resplandor. La tiene tapada con un guante de cuero, como no, pero esa luz parece que baña su mano y trepa por su brazo, como si tuviera una linterna o alguna mierda friki dentro.

Alargo mi mano izquierda para tocarla y al segundo, casi sin poder ver el movimiento, su mano izquierda vuela hasta agarrar mi muñeca apresándola al segundo.

Me pega un susto el muy cabrón que no me caigo encima de él de milagro, cuando me doy cuenta de que sus ojos están abiertos de par de par. Mirándome sin pestañear.

Al momento, justo cuando sus ojos se cruzan con los míos, todo pasa a un segundo plano. Ahora mismo tengo dos diamantes en bruto bordeados de una fina línea azul marino mirándome y la boca se me abre sola como si fuera la de un niño al que le acaban de robar la nariz.

Entonces pasa.

Una voz grave se filtra en mi cabeza y ordena. NO ME TOQUES.

Parpadeo y logro soltarme de su agarre.

Su mano cae pesada al suelo, pero sus ojos siguen mirándome.

Fríos.

Letales.

Intento separar mi mirada de la suya pero no puedo, así la muerte me lleve con ella.

Estos ojos no son de este mundo.

Si cayera un ángel del cielo, apuesto mi vida a que tendría esos ojos, aunque la frialdad que emanan nunca se asociaría a algo Divino. Al momento me fijo en que lleva tatuada la parte derecha de su sien bordeando el ojo. Decididamente la peña está loca. A quién en su sano juicio se le ocurre tatuarse la cara. Son extraños símbolos y parece que brillan también.

Sin pensarlo vuelvo a levantar mi mano en dirección a ellos. Tengo que tocarlos. En ese momento, como si se percatara de lo que voy a hacer, sus ojos se cierran e intenta apartar su cara girándola hacia el otro lado. Bueno, mejor así, porque cuando piense en esto dentro de un rato se me va a antojar que ha sido un momento raro de cojones.

En el momento en que mis dedos casi rozan su piel, soy arrastrado de su lado y vuelo un par de metros lejos de él.

Vale, la ambulancia debe haber llegado y me ha atropellado mandándome casi a la carretera. Ahora tendrán que llamar otra para mí.

Estoy tumbado en el suelo y una mano se cierra en torno a mi garganta levantándome a pulso. Abro los ojos y me encuentro a un tío rubio, vestido de cuero (debe estar de moda, joder) que me mira enseñándome unos colmillos largos como los de un tigre mientras aprieta aún más su mano en mi garganta.

-pero qué mierda...

No soy capaz de hablar más. El friki disfrazado éste, me está estrangulando a base de bien y por mucho que intente soltarme, el hijo de puta no cede un ápice.

Hay otro con él, con el cabello más flipante que he visto en mi vida. Está arrodillado al lado del tipo de los tatuajes mientras habla por teléfono gritando a pleno pulmón. En ese momento mis ojos se ponen en blanco y mis manos van resbalando por los brazos del puto terminator este.

Bueno, hasta aquí has llegado , Butch. Pienso mientras mi mente se va poniendo en negro.

VISHOUS

Tras el susto inicial tomo conciencia de dónde y cómo estoy.

Vale, estoy tumbado boca arriba en la acera, a la entrada de un callejón. No puedo moverme por alguna razón. Abro mi cazadora de cuero intentando sacar el móvil pero se me cae al momento. Me duele el pecho y al instante el sonido de un disparo vuelve a mi mente.

Estoy jodido, lo sé.

Intento valorar la situación y me vuelvo a decir que estoy jodido. Creo que ninguno de mis hermanos sabe dónde estoy y sé que no me queda mucho porque noto como algo caliente y denso me está acariciando las costillas.

No hace falta ser un genio para darse cuenta de que es mi propia sangre abandonando mi cuerpo. Cierro los ojos e intento que mi respiración no pierda el ritmo. Tengo que intentar seguir respirando como sea y no desmayarme. Mi pelo me tapa los ojos así que no puedo ver nada aunque los abra.

Pero, ¿qué demonios ha pasado? no recuerdo nada de lo ocurrido anteriormente y eso me saca de mis casillas. El que ha apretado el gatillo puede estar todavía aquí para rematar el trabajo y yo no puedo defenderme.

Al rato oigo unos pasos acelerados viniendo hacia mí. Cuando está a mi lado sé que no es un restrictor por su olor. No huele a esa mierda dulzona.

Sólo una palabra puedo asociar a su olor.

Irlanda.

Me doy cuenta de que es sólo un humano. Noto que me mira un momento antes de agacharse junto a mí. Me abre más la cazadora y rasga mi camiseta. Cuando pone su mano caliente en mi pecho noto como mi corazón marca un ritmo más acelerado y esto no es buena idea, básicamente porque me estoy desangrando, joder.

Luego oigo su voz pidiendo una ambulancia.

Noto un escalofrío por todo el cuerpo y sé que no tiene nada que ver con que me esté muriendo. Esa voz tiene un marcado acento de Boston y me calienta el cuerpo como no me había pasado en la vida. Por como habla con la telefonista sé que es policía. No se anda por las ramas ni se nota histeria en la voz. Es claro y pausado. Como si lidiara con situaciones similares a menudo.

Tras colgar se queda un momento en silencio y noto de repente su mano apartándome el pelo de la cara. Su toque es delicado y eso me gusta aunque no sepa por qué. Las caricias nunca han formado parte de mi vida pero ahora me arrepiento de no haber sentido esto antes, aunque una parte de mi me dice que lo que siento no tiene nada que ver con la caricia en sí, si no con la persona que lo hace.

Abro los ojos despacio y ante mí aparece el humano.

Está mirando a ambos lados de la calle, seguramente preguntándose dónde coño está la ambulancia. Luego su mirada vuelve a posarse en mi cuerpo y queda clavada en mi mano. Claro, debe estar brillando como método de supervivencia aunque con la poca fuerza que me queda no va a servir de nada.

Alarga la mano para tocar el arma de destrucción masiva que tengo y algo dentro de mí saca fuerzas de algún sitio para intentar… ¿protegerlo?

Mi mano izquierda vuela hasta la suya y la agarra con fuerza mientras logro entrar en su mente para decirle, o mejor, ordenarle que no me toque.

El humano me mira y al intentar soltarse, casi acaba por desplomarse encima de mí.

Entonces ocurre.

Sus ojos vuelan a los míos y quedan clavados en ellos. Seguramente se está preguntando qué mierda de ojos tengo. El humano es el primero que tiene cojones para mirarme fijamente y eso me está sacando de quicio porque no sé cómo se supone que tengo que reaccionar o cómo diablos tengo que sentirme.

Su mirada se mueve un poco y sé que ahora mira mis tatuajes en la sien. Primero tuerce algo el gesto como si pensara que estoy loco por tatuarme la cara y luego su mirada se vuelve curiosa, a la vez que su mano se levanta despacio con toda la intención de tocarlos.

Algo dentro de mí se rompe y cierro los ojos. No quiero ver esos ojos castaños ni mucho menos volver a sentir el tacto de su piel sobre la mía. Intento apartar mi cara pero lo único que puedo hacer es girarla al otro lado.

Cuando puedo sentir el calor de su tacto incluso antes de que me toque, todo se vuelve frío. Oigo un cuerpo caer y sé que es el humano antes de que abra los ojos. Al hacerlo veo a Phury agachado junto a mí mientras Rhage coge al humano por el cuello y lo levanta en el aire.

Phury está gritando por el móvil. Seguramente pidiendo ayuda o alguna mierda pero no soy capaz de analizar las palabras. Solo soy consciente del humano. De cómo sus manos se cierran en torno a la Rhage. Por algún motivo no quiero que nadie lo toque, ni que él toque al rubio.

Algo dentro de mí estalla y sin dejar de mirarlo, logro decir tres palabras.

-EL VIENE CONMIGO.

2 comentarios:

  1. Hellooo!!! :)
    Excelente comienzo, me encanta que te centres en V y B, he leído otros Fic y meten a muchos personajes, y la verdad, quien diablos quiere saber de los demás!!!, si los que nos interesan son estos dos jajajaja, si para eso estamos buscando un Fic Vutch.
    GRACIAS por crear este Fic y hacerlo extenso, aunque la verdad si tuviera 100 cap. se me harían muy pocos jajaja GRACIAS de nuevo y muchos besos :)

    ResponderEliminar
  2. Me siento en la gloria un fic de ellos, y solo ellos y al parecer completo
    Gracias

    ResponderEliminar